En las ultimas semanas han circulado importantes informaciones relacionadas con los desafíos que enfrentamos en materia de financiamiento climático. Como advierte el comunicado publicado por Oxfam en septiembre 2021: “Se espera que las naciones ricas se queden hasta $ 75 mil millones por debajo de cumplir su compromiso de larga data de movilizar $ 100 mil millones cada año desde 2020 hasta 2025 para ayudar a los países más vulnerables a adaptarse a los efectos peligrosos del cambio climático y reducir sus emisiones…”
En 2020, Oxfam público un informe analizando los avances logrados en el periodo 2017-2018: https://oxfamilibrary.openrepository.com/bitstream/handle/10546/621066/bp-climate-finance-shadow-report-2020-201020-en.pdf y ya era notorio que no se cumplía con las cantidades, pero además las formas utilizadas favorecían un esquema de endeudamiento para los países más pobres y afectados por los efectos adversos del cambio climático. Las estimaciones de Oxfam apuntaban a que aproximadamente el 80% del financiamiento público se estaba operando en forma de préstamos o mecanismos que resultaban más onerosos para los países empobrecidos.
Más recientemente, el Informe publicado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), demostró que durante 2019 (antes de la pandemia del Covid 19) los compromisos reales alcanzaban aproximadamente US$80 mil millones (un déficit de 20 mil millones respecto de las meta comprometida en el Acuerdo de Paris): https://www.oecd-ilibrary.org/docserver/03590fb7-en.pdf?expires=1633198932&id=id&accname=guest&checksum=E7E2271AF582AA367B4138D147AF114D
Estos datos son fundamentales para entender el efecto de la desigualdad expresa en materia de cambio climático. Existe lo que la CEPAL llama para América Latina la asimetría emisiones/vulnerabilidad; mientras la región solo produce alrededor del 8% del total de las emisiones de gases contaminantes a nivel mundial, su exposición y vulnerabilidad a los efectos del cambio climático es exponencialmente mayor que los países ricos, sobre todo en regiones como América Central y el Caribe. Pero al mismo tiempo, según investigaciones de la Universidad de Stanford citadas en el reporte de Oxfam Intermon: Injusticia Climática. Lo que contaminan los más ricos y pagan los más vulnerables. 2019, “el aumento de la temperatura del planeta ha acelerado el crecimiento económico de los países fríos, mientras ha ralentizado el de los países cálidos.” El aumento de la brecha entre países ricos y pobres se podría haber incrementado hasta en un 25% producto del calentamiento global.
A pesar de que, para muchos países de renta media y baja, las pérdidas económicas por efectos del cambio climático podrían ser más devastadoras incluso que las provocadas por la pandemia de COVID 19, el compromiso real de financiamiento de los países ricos continúa pasando de lejos con relación a las metas adquiridas en el Acuerdo de Paris. Es por esto que Oxfam viene insistiendo en la necesidad, no solo de cumplir con los compromisos adquiridos, sino de incrementar los montos de financiamiento si verdaderamente se pretende conseguir mantener la temperatura del planeta en 1.5 grados e invertir al menos el 50% de este financiamiento en acciones de adaptación, claves para los países más empobrecidos y afectados por el cambio climático: https://www.oxfam.org/es/node/17793