La reducción de las desigualdades y el enfoque feminista son dos elementos clave que han orientado el quehacer y los procesos de influencia de Oxfam a nivel de la Confederación.
Si bien en años anteriores, en el ámbito de la reducción de la desigualdad económica, había habido un énfasis en asuntos tributarios, el ingreso ciudadano (o renta básica universal) como medida de protección social ha ganado prominencia en tiempos recientes, sobre todo en el contexto de la crisis provocada por la pandemia del COVID-19.
Para el trabajo de Oxfam en los países centroamericanos, principalmente en Guatemala, ya constituía un enfoque de trabajo importante y una apuesta para afrontar los problemas sociales predominantes en la subregión: la desnutrición crónica infantil y la pobreza extrema. Además, dada la intersección de la desigualdad económica y la desigualdad de género, así como la necesidad de visibilizar el trabajo reproductivo y de cuidados (incluyendo, pero no limitado al trabajo doméstico no remunerado), la protección social se ha vuelto un tema central en los empeños por transformar las relaciones de poder entre hombres y mujeres.
Identificamos, pues, una oportunidad para sintonizar ambos procesos e integrar, por un lado, propuestas de protección social con un enfoque en el ingreso ciudadano con propuestas emanadas del trabajo teórico de la economía feminista con un enfoque en la economía del cuidado, por el otro. Es así que nace el estudio del arte: “Ingreso Ciudadano: ¿Una contribución a la autonomía económica de las mujeres en América Latina?” de Flavia Marco Navarro, feminista boliviana, abogada, especialista en Derecho Económico y Estudios de Género. De este estudio compartimos acá la síntesis.
Consideramos que esta apuesta representa una contribución a los procesos de influencia a nivel de los países y de la subregión para la reducción de las desigualdades económica y de género.
Apostarle conjuntamente a una innovación temática de especial relevancia para un mundo post-COVID-19, desde los países más golpeados de la subregión centroamericana, es clave para salir de los nudos que nos han impedido formular propuestas intersectoriales y, a pesar de experiencias históricas poco alentadoras, para no perder de vista que el Estado está para garantizarle todos los derechos a sus habitantes, por el simple hecho de ser ciudadanas y ciudadanos.