Juventudes rumbo a la COP30

La juventud no pide espacio, lo está reclamando. Su voz no es solo un llamado, es la exigencia de ser parte activa en las decisiones que definirán el rumbo del planeta.

Por Juan David Amaya, activista colombiano y director ejecutivo de Life of Pachamama. 

Los efectos del cambio climático impactan a toda la población, pero afectan de manera desproporcionada a los grupos en mayor situación de vulnerabilidad a nivel global. Entre ellos se encuentran las mujeres y niñas—especialmente en el hemisferio sur—, así como los pueblos indígenas, personas en situación de pobreza, adultos mayores, personas con discapacidad, y poblaciones desplazadas o afectadas por conflictos.

Cuando hablamos de justicia climática, nos referimos a la necesidad de abordar de manera equitativa tanto los impactos del cambio climático como sus causas y las responsabilidades asociadas. Por lo tanto, implica garantizar que todas las personas, particularmente las más vulnerables, tengan acceso a mecanismos, recursos y oportunidades para enfrentar la crisis climática, así como para garantizar su participación activa en la toma de decisiones.

UN PLANETA EN ESTADO DE EMERGENCIA

Durante los últimos años, la juventud se han posicionado como un actor estratégico en esta lucha, elevando su voz para exigir un rol activo en la estructuración de soluciones. Son las y los jóvenes quieres evidencian un planeta en transformación acelerada, pero también quienes demuestran un compromiso sólido con la acción climática. Sin embargo, a pesar de su creciente participación, son múltiples las barreras que enfrentan para incidir efectivamente en los espacios donde se determina su futuro.

Aunque se han realizado esfuerzos para incluir a las y los jóvenes en las discusiones sobre el cambio climático, los obstáculos que enfrentan son profundos y estructurales, producto de un sistema que históricamente los ha silenciado. Esto incluye procesos de estigmatización, tokenismo, lenguaje y criminalización; así como los espacios en la toma de decisiones. Cuando hablamos sobre cómo se toman las decisiones en torno al cambio climático, rápidamente pensamos en las COPs (Conferencias de las Partes), que por su naturaleza son escenarios dominados por actores con altas influencias en el llamado juego del poder, en donde encontramos economías hegemónicas , coloniales y corporaciones multinacionales dejando relegados a aquellos actores con limitada influencia, como la juventud y otros grupos vulnerables. Uno de los principales obstáculos que limita su participación es la escasa gobernanza sobre los recursos financieros. ,

La falta de financiamiento no solo impide que los jóvenes asistan a estos espacios clave, sino que también vulnera su derecho a un ambiente sano y al pleno ejercicio de la democracia. Esta desigualdad en el acceso a los recursos profundiza la brecha en la representación, dejando fuera a quienes experimentan con mayor crudeza los efectos del cambio climático.

Asimismo, la falta de información y el acceso a espacios de aprendizaje técnico representa una barrera significativa. Las negociaciones climáticas son procesos sumamente complejos que demandan un conocimiento especializado en áreas como la financiación climática, las políticas de mitigación y adaptación, y las normativas internacionales. A pesar de su firme compromiso, muchos jóvenes carecen de las herramientas necesarias para influir de manera efectiva en las decisiones clave. Para superar estos obstáculos, resulta indispensable crear espacios que no solo amplifiquen la visibilidad de los jóvenes, sino que también les proporcionen el respaldo técnico y logístico requerido para participar de forma informada y sustantiva.

En respuesta a estos desafíos, se ha promovido una declaratoria sobre la participación justa, reconociendo la importancia de incluir a la juventud del Sur Global en la lucha contra el cambio climático. Un ejemplo destacado de este compromiso fue el Encuentro de Jóvenes del Sur Global organizado por Life of Pachamama durante la COP16, que reunió a más de 300 jóvenes de América Latina, África, Asia y Oceanía. Este evento no solo facilitó el intercambio de experiencias y la creación de ideas innovadoras, sino que también permitió integrar perspectivas locales en las discusiones globales, asegurando que las soluciones climáticas sean justas y equitativas.

La inclusión de las y los jóvenes en las mesas de negociación debe ser estructural y contar con un espacio formal dentro de las delegaciones para que puedan influir directamente en las decisiones políticas.

El programa “Camino hacia la democratización del Sur: Niños y Jóvenes hacia la acción climática” refleja un esfuerzo integral para derribar las barreras que históricamente han limitado la participación de las comunidades del Sur Global en los procesos de toma de decisiones sobre el cambio climático.

Este programa no solo ofrece apoyo financiero, sino que también proporciona formación técnica y logística a jóvenes líderes, asegurando que puedan asistir a la COP30 y participar activamente en las negociaciones.

Con un enfoque integral, Life of Pachamama está dotando a las y los jóvenes de herramientas necesarias para incidir de manera efectiva en las discusiones climáticas internacionales, permitiéndoles ser actores clave en la creación de soluciones globales y justas.

El cambio climático es un desafío urgente que requiere la acción de todas las personas, especialmente de aquellas que serán las más afectadas: jóvenes del Sur Global. Para que puedan desempeñar un papel clave en la lucha contra el cambio climático, es esencial eliminar las barreras que limitan su participación en las COPs y otros foros internacionales.

A través de programas de apoyo técnico, logístico y de formación, las y los jóvenes pueden convertirse en líderes informados y efectivos, capaces de influir en las políticas climáticas globales.

 

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