Mujeres inquebrantables es una serie de cuatro crónicas de lideresas y defensoras del medio ambiente que relatan la experiencia y el sentido de la lucha de los pueblos indígenas y las mujeres defensoras de la Amazonía de Perú y Colombia.
Durante los meses de mayo, junio y julio de 2022, un grupo de 16 defensoras se reunieron en cuatro diferentes localidades de Colombia y Perú, para construir colectivamente un relato audiovisual con el fin de compartir los retos superados y las lecciones aprendidas en su camino de lucha urgente para la defensa de los DDHH, del medio ambiente y del territorio.
En específico, han participado en este proceso de creación colectiva un grupo de cinco defensoras urbanas, campesinas, indígenas, afrodescendientes de La Plataforma Social y Política para la Paz e Incidencia de las Mujeres del Caquetá (reunidas en Caquetá, Colombia); cuatro defensoras de la Asociación de Mujeres Indígenas “La Chagra de la Vida” ASOMI (reunidas en Putumayo, Colombia); tres defensoras que colaboran con las organizaciones Paz y Esperanza y el Instituto de Defensa Legal- IDL (reunidas en San Martín, Perú) y cuatro mujeres indígenas que colaboran con la Organización Nacional de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas del Perú ONAMIAP (reunidas en Ucayali, Perú).
Mujeres Inquebrantables | Caquetá, Colombia
En 2020, Colombia ha sido el país más letal para las defensoras y los defensores de los DDHH, el ambiente y el territorio. Desde la firma del Acuerdo de Paz con las FARC-EP en 2016, las condiciones de seguridad de las personas defensoras del medio ambiente se han deteriorado y los datos demuestran que esto ha coincidido con el agravamiento de la deforestación en la Amazonía.
“Las mujeres no son quienes tumban la selva, no son quienes tumban las montañas. La única manera de conservar los territorios, y el ambiente y la selva, es que las tierras las tengamos las mujeres. Mientras las tierras estén en manos del machismo y patriarcado seguirán los diferentes conflictos ambientales, sociales y políticos.”
MagalyCaquetá
Mujeres Inquebrantables | San Martín, Perú
Frente al despojo, la discriminación y la depredación que han vivido, los pueblos indígenas están organizándose políticamente y tomando consciencia de cuán fundamental es su propia participación en la toma de decisiones sobre los asuntos que les conciernen, a ellas y a sus territorios ancestrales.
“Mi bisabuelita me transmitió que si nacimos en la amazonia hemos sido muy bendecidos porque todos somos hermanos, somos vecinos y somos uno mismo porque estamos conectados con la naturaleza porque para nosotros todo ser vivo tiene un espíritu.”
MarisolSan Martín, Perú
Mujeres Inquebrantables | Putumayo, Colombia
La lucha de la Asociación de Mujeres Indígenas “La Chagra de la Vida” ASOMI, se funda en la unión de mujeres Inga, Kamentsá, Siona, Kofán y Koreguaje del Alto Putumayo, las cuales han tomado el liderazgo en sus comunidades para preservar su herencia cultural y sus territorios. Su fuerza espiritual y legado cultural están sembrados en la chagra, en el territorio y en sus lugares sagrados, en el shinyak (fuego), en la palabra, en los actos y saludos ceremoniales, en la simbología del chumbe. A través del chumbe, que es el tejido o lenguaje ancestral, las mujeres indígenas del Putumayo cuentan su propia historia, y es por eso que este es el símbolo de una colectividad que dialoga para darle forma a una misma identidad, a un mismo soñar y caminar. Para las mujeres que forman parte de ASOMI, fortalecer la cultura es cuidar la vida y el territorio. Ante la vulneración de los derechos y la depredación de la madre tierra, ASOMI escoge cultivar la paz.
“Somos un entretejido que nos ha permitido gestar, soñar, caminar en búsqueda del equilibrio y armonía de nuestra madre tierra, con la fuerza espiritual de las sabias y de los sabios, de los espíritus visibles e invisibles que habitan en nuestros territorios.”
ASOMIPutumayo, Colombia
Mujeres Inquebrantables | Ucayali, Perú
Los pueblos indígenas – y en especial las mujeres indígenas – son guardianes de la sabiduría ancestral y de la naturaleza. El bosque es su despensa de alimentos y también su farmacia. Ejemplo de esto es el hecho de que la medicina tradicional haya permitido a las comunidades indígenas superar la pandemia, así como nos cuentan Teresa y Nelba de una comunidad Shipibo, y Luz y Rebeca, de una comunidad Asheninka.
“Sentimos que las comunidades nativas, los pueblos indígenas, las mujeres indígenas nos sentimos que somos el pulmón del mundo porque nosotros tenemos bosques, cuidamos nuestros bosques.”
TeresaUcayali