Los Cuidados en el Centro
Desde la publicación de Econonuestra, en Oxfam planteamos la necesidad de avanzar en una agenda con tres prioridades mínimas para la región: reducir las desigualdades interseccionales poniendo al centro a las personas y las comunidades, promover la justicia climática, e impulsar políticas que pongan los cuidados en el centro, para la sostenibilidad de la vida.
Pero, ¿qué significa poner los cuidados en el centro? Implica reconocer la responsabilidad que las mujeres han absorbido históricamente como parte de un modelo que reproduce desigualdades: El 74 % del valor económico del trabajo doméstico de cuidados no remunerado es mayoritariamente realizado por mujeres, y representa un aporte al PIB que va entre 15.9 % y 25.6 %.
A treinta años de la revisión de la Plataforma de Acción de Beijing, las mujeres siguen demandando sistemas tributarios que beneficien a la sociedad en su conjunto y que promuevan una redistribución de recursos para el sostenimiento de la vida. En LAC, debido a sistemas fiscales injustos, el 1 % más rico contribuye proporcionalmente con menos impuestos que el 50 % de las personas con menores ingresos. Esto se traduce en una deficiente recaudación de impuestos, que en la región creció apenas 1.7 puntos porcentuales, y alcanzó el 21.2 % del PIB regional en 2022. Esta recaudación es 12. % más baja que el promedio de las economías de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Si bien aplaudimos los importantes avances de la región en el reconocimiento del derecho al cuidado —gracias a la virtuosa articulación promovida por el movimiento feminista y sus vinculaciones con la academia, la sociedad civil, los organismos multilaterales y los gobiernos— también es preciso reparar en que dichos avances distan de ser suficientes.
América Latina necesita más que nunca garantizar recursos para el financiamiento de los servicios públicos de cuidados de manera sostenida. La falta de infraestructura pública y la discontinuidad en su provisión afecta en mayor medida a las mujeres, quienes acaban absorbiendo la mayor responsabilidad cuando la capacidad de los Estados es insuficiente.
La situación es crítica y el momento de actuar es ahora. Esto implica reconocer y corregir los déficits y sesgos de los sistemas tributarios para garantizar el principio de máximos recursos disponibles e invertir más y mejor en un andamiaje institucional a favor del Cuidado. En una coyuntura estratégica y no menos desafiante: en el marco del G20, los países latinoamericanos se encuentran ante la posibilidad de avanzar hacia un pacto fiscal y social por una tributación justa: una que garantice los derechos de los grupos históricamente vulnerados, especialmente los de las mujeres.
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